viernes, 16 de septiembre de 2011

Verdaderos errores

Ella lo odia. El la odia.
Ella lo odia por mujeriego, irrespetuoso y frío, porque cuando la mira a los ojos no logra descubrir nada en ellos, sólo la pared inmutable que ha montado frente a su verdadera personalidad. Está segura que aunque le extrañe con locura jamás dirá nada al respecto. Y ella ha optado por seguirle la corriente en su inmanejable actitud.
Aunque le odia como se odian los días grises que hacen llorar, inevitablemente sólo está atribuyendo un sentimiento del cual carece. Inevitablemente le ama con una inocencia apabullante.
Ella no desea mirarle a los ojos, porque pretende que le conoce por completo y que sabe exactamente lo que va a hacer en los próximos minutos. Lo previsible de las acciones de la persona que tiene al lado le asusta de una manera irrefrenable.
El la odia porque cuando la mira, tratando de mantener una entereza que no posee, una renuencia que no siente, se da cuenta que ella lo desnuda de a poco y se va colando en su corazón de una forma natural. Como cuando las aves vuelan, sabes que así es y será. Cortarle un ala a alguna es una crueldad. La odia porque le basta estirar un dedo, quizás el indice, y puede rozar su mano con libertad, y eso simplemente le basta. La odia porque sabe que si cede puede tener acceso a algo más puro de las cosas a las que está acostumbrado.
Fatalmente no la odia, sólo está fingiendo que tuerce los labios y frunce el ceño, que la rechaza con brutalidad y se aparta asqueado. Está fingiendo como lo hace ella.
Pero mientras tanto, mientras el sol se pone o sale apresurado, ajeno a cada uno, y la naturaleza se rebela con discreción, ellos fingen. Sólo un poco apenas. Casi lo justo y necesario. Casi lo exacto para caer en el error.

1 comentario:

  1. pues si los errores es lo que nos hacen aprender en la vida y por ello lo bueno es buscar las soluciones
    un gran saludo y disculpa si no pase antes no tenia linea en casa espero tu linda visita saludos camarada

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