viernes, 16 de septiembre de 2011

Soledad

Soledad
El tibio sonido del reloj, el tic tac insistente.
La lluvia que roza el aire y jamás cae,
Todo conforma un todo,
Y cada cosa ocupa el lugar que debe ocupar,
Incluso las aves que viajan de un lugar a otro.

El cielo está delineándose y un paseante es solitario,
Aún rodeado de millones de personas,
Se escabulle entre multitudes,
Y está solo. Ausente, metido en sus pensamientos,
En el tiempo que pasa insistente entre sus venas.

Y la soledad es un veneno que corroe por dentro,
Casi involuntariamente,
Casi voluntariamente,
Se va uniendo a su médula, a sus uñas,
Al aire que respira a cuentagotas.

Y la soledad es una decisión cuasi coherente,
Hasta el punto en que sabe exactamente donde termina el
Y donde comienza el…
Lamentablemente no disfruta, no siente, no sabe…
Lamentablemente es una marioneta del silencio,
Y el silencio en algún misterioso punto empieza a ser dañino…
La ausencia en un preciso instante es una daga…
Y ese tipo de dagas sólo sirven para una cosa.

1 comentario:

  1. ¡precioso escritos me gusta como escribes! yo tan bien me quedo para leer mas de ti te diré que el amor cuando no es correspondido se convierte en ese veneno corrosivo devorando el mas puro sentimiento ¡ pues a quien no le duele un desprecio ,,,,,

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